Releyendo el texto de Teilhard de Chardin…qué maravilla!
He pasado horas de mi vida sola con una piedra, o un pedazo de barro, o un tronco; vinculándome con esa materia aparentemente inerte, observándola, tratando de darle forma, invitándola a que me cuente algo. Cuando trabajaba mucho tiempo, quizás era el agotamiento o no sé qué, pero por las noches soñaba estar hecha de esos mismos materiales, mi cuerpo desnudo era de madera, o de granito, o de barro seco. He llorado sobre las piedras, pero no por cansancio de trabajo, era por llegar a un fondo insondable, un misterio de una realidad inexplicable, y hallarme ahí justo en el centro de la existencia, solo existiendo en esa piedra, pura materia…eran segundos pero de una intensidad de eternidad…
por eso este Himno a la materia me conmueve profundamente..”Te saludo, inagotable potencia de acercamiento y unión, donde convergen todas las rutas del Espíritu”